Modesta me parece la propuesta de un honorable grupo de gente sensata y de bien que quiere que el Ayuntamiento de Madrid le haga un
monumento a la Dama de Bombay –anteriormente conocida como
Esperanza Aguirre–. Ahora que
descabalgan al dictador, algunos en la derecha parecen necesitados de referentes escultóricos ante los que ejercer el sano ejercicio de la genuflexión.
Pero estas humildes y sanas personas se quedan cortas en su petición: la Dama de
Bombay debe ser beatificada. Al menos tres milagros coronan sus últimos años: el primero, el de la multiplicación de los votos o cómo ser Presidenta de la Comunidad de Madrid habiendo perdido las elecciones. No otra cosa sino la Luz Divina debió iluminar los cerebros de
Tamayo y
Sáez a la hora de votar en contra de su partido. De igual manera, no se entiende de otra forma salvo que reciba algún tipo de protección Divina el hecho de que haya salido indemne tanto de un accidente de helicóptero como de los atentados de
Bombay.
Por tanto, creo más que justificada esa beatificación. Pero si no están totalmente convencidos, testimonios como los que siguen deberían dejar al margen dudas de cualquier tipo:
Vivo en Villaverde y tras la reciente ampliación de las líneas de Metro en Madrid puedo llegar desde mi casa al trabajo en sólo 20 minutos. Mi vida ahora es mucho más fácil y cómoda.
Lucía Aguilar, Madrid
Yo y mi marido vinimos a España desde el Ecuador hace 5 años y con las ayudas de la Comunidad de Madrid pudimos abrir nuestro propio negocio. Le estamos muy agradecidos a Esperanza Aguirre.
Rosa Atarrabia, Madrid
¡La Dama de
Bombay, en su infinita magnanimidad y bondad y a pesar de
pasar necesidades para llegar a fin de mes, hace sacrificios de todo tipo para facilitar la vida de sus súbditos!
¿Y qué me dicen del milagro de recibir atención sanitaria en Madrid y
vivir para contarlo?
¡Qué más pruebas quieren, incrédulos, personas de poca
fe!