Fin de una semana en la que el
tremendismo parece haberse instalado en la vida política nacional.
Tremendismo debidamente amplificado por los que están al acecho para sacar beneficio del mal ajeno sin arriesgar nada. Una semana precedida por la carga efectuada contra los intereses económicos españoles desde medios
periodísticos neoliberales anglosajones. Medios que vaya usted a saber qué intereses defienden.
En lo que a mí respecta, conservo la confianza en un gobierno que me parece que actúa de buena
fe. Por supuesto esta confianza está muy por encima de la que me ofrece un partido de oposición cuyas voces destacadas son
González Pons, Cristóbal
Montoro o De
Cospedal. Los dos primeros luchan con tesón por conseguir el título al político que más tonterías dice en una semana; la tercera no tiene miedo a decir un día una cosa y el siguiente la contraria y encima pretender dar lecciones al gobierno.
Respecto al debate sobre las pensiones, me parece adecuado plantearlo y discutirlo de forma serena y positiva, sin que nadie se ponga la venda antes de tener la herida, como parece haber sucedido con algún líder sindical. Desde luego estoy en contra de que se imponga la jubilación a los 67 años de forma universal. Habrá que estudiar en qué sectores es factible hacerlo y plantear incentivos a quienes estén dispuestos a retrasarla de forma voluntaria.
Actualización 06.02.10, 16.30 horas:Recomiendo vivamente la lectura del enlace que nos deja Elvizca en su comentario a esta entrada:
Responder a la extorsión
(...) Hablemos claro: los financieros, los bancos y las agencias de rating que trabajan para ellos están extorsionando al gobierno de España. Lo están llevando al terreno que ellos quieren y al que les conviene: el de la improvisación, el de la renuncia a sus propuestas anteriores y a sus compromisos electorales, al que lo separa de sus socios naturales y de su base electoral, el que lo llena de contradicciones y lo deja , no hay más que verlo, como un boxeador inexperto bamboleándose de un lado a otro de la lona. (...)
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