Les sienta tan bien que gracias a ella se consideran eximidos de dar explicaciones sobre sus actos a la ciudadanía. Cuando alguna información les es desfavorable, la despachan acusando al gobierno de crear “cortinas de humo”. Es la forma que tienen de actuar estos neocons que tanto presumen de liberales; así actuaba Aznar, diciendo qué era lo que interesaba a los españoles y qué no, cuando la realidad mostraba una imagen que no se parecía en nada al “España va bien” del eslogan , y así es como actúa su digna sucesora y lideresa neocon, Esperanza Aguirre. Ellos son elegidos democráticamente en las urnas, pero ejercen su poder por la Gracia de Dios y sólo a él –si acaso– le dan explicaciones.
Esperanza Aguirre no tiene ninguna timidez a la hora de calzarse los calcetines y glosar su heróica huida de los atentados de Bombay ante los micrófonos, pero se esconde detrás de supuestas cortinas de humo cuando las informaciones no son de su gusto.
Mala pinta (y así lo reconoció ayer la la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal) tiene la información que ayer daba EL PAÍS respecto a Francisco Granados, consejero de Presidencia, Justicia e Interior del Gobierno de la Comunidad de Madrid y no vale escudarse en cortinas de humo para negar las debidas explicaciones.
¿Un servicio de información al margen de control político y legal al servicio de Francisco Granados? ¿es eso admisible? NO.
Tarde o temprano el gobierno de Esperanza Aguirre tendrá que dar explicaciones, puesto que es de esperar que EL PAÍS seguirá obteniendo y publicando más informaciones al respecto por parte de su particular garganta profunda.
Atentos.
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