Disculpas por haber tenido abandonado el blog durante tanto tiempo. Culpa de ello ha sido (y lo sigue siendo) un larvado desinterés por los asuntos políticos que habitualmente se tratan en este blog. Día a día me preguntaba si tenía algo que escribir y día tras día no encontraba motivos para hacerlo. No es mi intención dejar mi labor bloguera, pero tampoco quiero hablar por hablar. Prefiero decir algo cuando sienta que debo decirlo.
Aun así, no han faltado motivos para comentar aquí. Como por ejemplo, las lecciones morales impartidas por uno de los sujetos más inmorales de la vida pública española, el señor Pedro J. y su Decálogo para que los corruptos no nos sigan saqueando, editorial del pasado domingo día 1.
También merecía su comentario la salvajada de los quintos de Torreorgaz, pero ¿con qué autoridad moral se puede condenar a unas personas que viven en un país en el que se tortura y mata a cientos de toros todos los años en las fiestas patronales de numerosos pueblos?
En este repaso a esa actualidad propia de locos no podía faltar Güemes (¡Consejero de Sanidad de la Comunidad de Aguirre!) y su diccionario progresí.
Y, por último, la actitud irresponsable de los de siempre, un partido político que gobernó y que aspira a volver a hacerlo, frente al secuestro del Alakrana. Lamentablemente no se puede pedir responsabilidad a quien ni siquiera la tuvo cuando gobernaba.
2 comentarios:
Comparto contigo la idea de que el panorama político es poco edificante y estimulante.
Menos mal, Felipe, pensé que había algún problema "objetivo".
Es cierto lo que dices, siento lo mismo, es asqueroso todo lo que está pasando y sobre todo la gente que lo propicia, sea por interés o por analfabetismo político.
Pero por no darles la satisfacción de vernos "pasotas" de la cosa pública hay que seguir, pero eso si como tu dices, con libertad y cuando apetezca.
El otro día en un blog de los que recomiendas leí algo que me gustó y en alguna forma me animó a "no pasar":
""El peor analfabeto es el analfabeto político. Él no oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos.
Él no sabe que el costo de vida, el precio del poroto, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas.
El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política.
No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales"".
Gracias por volver
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