sábado, 18 de octubre de 2008

La columna sabatina de Escudier

Como me ocurre casi siempre, no puedo estar más de acuerdo en lo que dice Juan Carlos Escudier en su artículo semanal en El Confidencial.com
Los crímenes contra la humanidad del franquismo
La importancia del auto de Garzón en el que se declara competente para investigar las desapariciones de miles de españoles a manos del franquismo no radica en la persecución penal de los responsables, porque ya se sabe que los muertos son reclusos indisciplinados que siempre se niegan a salir al patio y no respetan los horarios de comidas en el talego. Lo significativo de la resolución es la calificación de crimen contra la humanidad de estos actos de barbarie y la consideración de que la insurrección de 1936 fue un acto ilegal que pretendió el derrocamiento del Gobierno legítimo de España mediante el uso extremo de la violencia como instrumento básico para su ejecución.

(...) Las alocuciones desde Radio Sevilla de Queipo de Llano, un tipo humanitario y sensible, sugerían la bondad de estos salvapatrias: “¿Qué haré? Pues imponer un durísimo castigo a esos idiotas congéneres de Azaña. Por ello faculto a todos los ciudadanos a que, cuando se tropiecen con uno de estos sujetos, lo callen de un tiro. O me lo traigan a mí, que yo se lo pegaré”. A tal punto llegaba su humanidad que se inclinaba por no matar a mujeres ya que con violarlas sería suficiente: “Nuestros valientes legionarios y regulares han enseñado a los rojos lo que es ser hombre. De paso también a las mujeres de los rojos que ahora, por fin, han conocido hombres de verdad y no castrados milicianos. Dar patadas y berrear no les salvará”.

(...) El franquismo es responsable de crímenes contra la humanidad y, contra ello, no vale oponer una ley de Amnistía como la de 1977, que es preconstitucional y que, en consecuencia, puede ser declarada inaplicable por cualquier juez. Lo que no es posible por más tiempo es que mientras defendemos para otros la jurisdicción universal, aplaudimos la anulación de las leyes de punto final, sostenemos que estos crímenes no prescriban y animamos la creación de tribunales internacionales, aquí siga vigente una ignominiosa ley del silencio “para no reabrir heridas”. ¿De quiénes? (...)

Leer los comentarios del artículo da motivos más que suficientes para preocuparse sobre la salud intelectual y moral de una parte –que no me parece minoritaria– de la derecha de este país.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es una estupidez mirar al pasado, los dos bandos cometieron asesinatos, fue una guerra estupida que enfrento a hermanos de la misma sangre, si deseamos justicia, tenemos que ir por la familia March, ellos fueron quienes obtuvieron grandes beneficios con la guerra civil, vendían armas a los dos bandos, la única manera de hacer justicia es expropiando la riqueza de esta familia que es una de las más ricas de España y entregársela al pueblo.

Hermanos se enfrentaron con falsas ideas, con 1 millón de muertos paguemos la deuda.