Hemos de suponer que nos gobierna un partido de izquierdas. Es cierto, muestra mayor sensibilidad social que la derecha pepera, pero ¿es suficiente?. Es cierto que con este gobierno se han subido salario mínimo y pensiones, pero no menos cierto es que la distancia entre las ayudas sociales y las dadas a la banca es realmente sideral.
El caso es que actualmente este país tiene a miles de personas que no pueden hacer frente a las hipotecas que establecieron con las entidades bancarias. Hipotecas por 20 y 30 años para pagar la adquisición de una vivienda a precios desorbitados. Todavía me pregunto (y no encuentro la respuesta) cómo se ha consentido semejante dislate, cómo no se ha regulado de una forma lógica un mercado completamente disparatado. Una generación joven hipotecada casi hasta la jubilación pagando un precio (los que puedan hacerlo) por una vivienda que difícilmente volverá a valer lo que en su día se pagó por ella.
Pues bien, un gobierno verdaderamente de izquierdas debería estar en condiciones de plantearle a esos bancos, a los que se les han concedido ayudas por un importe superior a los 100.000 millones de euros, unas exigencias mínimas que vayan en favor de aquellos que perdieron trabajo y que, tarde o temprano, perderán también la vivienda por la que se hipotecaron.
Mucho más claro que yo, naturalmente, el Roto:
3 comentarios:
Hola Felipe;
Aunque coincido contigo en lo vergonzosas que están siendo las ayudas del Gobierno a la Banca, no acabo de compartir tu análisis de las causas de la burbuja del ladrillo.
En mi opinión, la culpa no ha sido solo de los bancos que han aceptado las deudas de millones de españoles (por arriesgadas que fueran), de las constructoras que se han llenado los bolsillos vendiendo más y más caro, de las inmobiliarias que se han llevado sus buenas comisiones, de los ayuntamientos que se han financiado vendiendo suelo o de los notarios que han mirado para otro lado mientras el dinero negro cambiaba de manos en sus despachos. No solo de ellos: buena parte de la culpa la tenemos (y me incluyo) los que hemos jugado al juego comprándonos una casa a un precio que no valía; los que hemos descartado el alquiler como opción dado lo "jugosas" que eran las hipotecas en comparación; los que (y aquí ya no me incluyo) se creyeron que podrían hacer el negocio de sus vidas y unirse al carro de los especuladores comprando una casa y tratando de venderla a los pocos meses. Y así pasa, que los que creyeron estar haciendo un negocio ahora se ven con una carga; y los que pensaron que era mejor comprar que alquilar, se encuentran con desahucios y deudas imposibles.
En fin, que los poderes fácticos prepararon el globo, pero lo que es hincharlo, lo hemos hinchado nosotros solitos.
Por supuesto estoy de acuerdo contigo. Nadie estaba obligado a hipotecarse de esa forma practicamente de por vida, pero no entiendo cómo eso no estaba más regulado.
Aclarado este punto, el asunto es que una vez que eso se ha consentido y que se ha llegado a una situación límite para muchas personas, igual que se ha ayudado a la banca de forma extraordinariamente generosa, se les debería exigir ciertas contraprestaciones, como por ejemplo moratorias generosas para quienes se hayan en situaciones tan dramáticas como las que muchos sufren.
Un saludo.
En mi blog recientemente creado y por el que animo a pasar, me pregunto el papel del gobierno. Recuerdo como protege al poderoso (caso Botín, Albertos) y me pregunto sobre el papel que jugará ante los obreros.
Tambien comento como Caja Madrid, presta nuestro dinero para fichar jugadores, con 2 años de caencia y condiciones especiales.
¿Todo es posible?
Publicar un comentario