Felipe González es el hombre de Estado más importante del siglo XX como Cánovas del Castillo lo fue el siglo XIX. Cometió, sin duda, algunos errores, pero el balance entre sus aciertos y sus equivocaciones resulta extremadamente positivo. Poco a poco, los historiadores se van dando cuenta de que el hombre clave de la Transición, el Rey aparte, no fue Adolfo Suárez ni Fernández Miranda ni Tarancón ni Carrillo sino Felipe González. (...)
Que Zapatero es un optimista profesional, que lo ve todo de color de rosa, hasta hacer el ridículo, es algo sabido hasta por las ranas del estanque del Retiro. Que se cree que la historia de España empieza con él y que todo ha sido descubierto por la perspicacia de su inteligencia como faro de la Alianza de las Civilizaciones, también es conocido por todos. La puerilidad política de Zapatero y su actuación personal provoca muchas veces la risa contenida en los actos públicos.
El Imparcial.com, 04.10.08
Entre el optimismo de Rodríguez Zapatero y el catastrofismo del primer ministro francés François Fillon seguramente la posición ideal sea la intermedia. El optimismo que exhibe Zapatero le aleja de los que se ven más afectados por la crisis. Es posible que tenga motivos para mostrarse optimista –y, por lo que a mí respecta, pienso que el tiempo le dará la razón– pero debería pensar si es acertado hacerlo. No parece que sea el momento de mostrarse tan optimista. Se puede ser positivo sin caer en un optimismo que, aumentado por la lupa de los medios informativos, aparece a veces exagerado.
1 comentario:
Zapatero puede que sea muy optimista y puede que sea un error político en estos momentos. Pero entre eso y ser jilipollas como algunos ¿periodistas? me quedo con el optimista.
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