Cuatro sindicalistas liberados, los alborotadores contra GüemesCon esta forma de actuar, que a nadie extrañe que se siga pensando en el PP como en un partido con un serio poso ideológico franquista. Cuando se es demócrata se aceptan las críticas y no se inician cazas de brujas más propias de los tiempos en que en España no había democracia.
La Comunidad de Madrid ha identificado a los cuatro «liberados» sindicales que protestaron contra el consejero de Sanidad, Juan José Güemes, durante su visita ayer al nuevo Hospital Puerta de Hierro. Según el Ejecutivo autónomo madrileño, se trata de tres sindicalistas de la Confederación General del Trabajo (CGT) -una escisión del antiguo sindicato anarquista CNT- y otra de CC.OO. En concreto, una auxiliar de enfermería, un operario de máquina de impresión y reprografía, una administrativa y un celador.
ABC, 07.10.08
Hace años leía con interés a Hermann Tertsch
Pero desde la Guerra de Irak inició una involución ideológica cuyos motivos no acabo de comprender.
Tiempos difíciles¿Se sentirá obligado Hermann a contentar a la caverna con frases como la que subrayo en negrita? ¿por qué razón?
(...) Por eso los tiempos de menester se tornan inseguros. Lo serán en todas partes, pero me temo que en España cosecharemos más de lo peor que nuestro entorno europeo. Ante todo porque es difícil creer que este revés lo puedan asumir con introspección, reflexión y ánimo de superación esas generaciones malformadas en la escuela de la autocomplacencia antiautoritaria e igualitarista y deformadas por la soberbia del crecimiento económico. Cuando la cosmovisión te la imponen líderes mediáticos de ese nuevorriquismo semilumpen, arrogante y faltón que representan por igual Bibiana Aído y Belén Esteban, Pepiño Blanco y Eva Hache -es decir, el mundo de la Ceja y subproductos-, habrás de responsabilizar a alguien de tu suerte. Ya están todos ahí, buscando enemigo exterior e interior al que odiar y culpar de sus propios fracasos y cuitas. Todos, el ejército del Supremo Narciso Adolescente. Esperemos que no se les vaya la mano.
Hermann Tertsch, ABC 07.10.08
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